El Disfrute

El Disfrute

Me atrevo a servirme un café después del almuerzo porque sé que el día va para largo; la conversación que estoy teniendo con mi esposo está interesante. Si continúa así, tocará pasarme a vino. Entre todo lo que hablamos, me detengo en un tema que cautiva mi atención, con preguntas que seguramente usted ya se ha hecho… o bueno, tal vez no. ¿Por qué dejamos el disfrute como el destino final de nuestra vida? ¿Por qué no integrarlo al ahora, cuando estamos llenos de esta? ¿Por qué dejamos para nuestro “retiro” nuestros verdaderos placeres? ¿Cuando tengamos tiempo, seguiremos teniendo ganas? Bastante millennial el pensamiento del esposo; pues aunque él no se sienta de esa generación, lo es.

Esto me hace rescatar un poco la mentalidad de esta generación que valora más el propósito que el sueldo, que ha matado la idea de “voy a trabajar ahí toda la vida”. La generación que alcanzó, por última vez, a tener vacaciones sin Wi-Fi; la de Shakira, del Nokia con culebrita, de Messenger y de Titanic; la que logró romper con el trabajo de “escritorio”.

Entonces, si la generación la tiene clara, ¿por qué es, según estudios, la que más burnout, cansancio mental, siente? Me atrevo a decir que es por su interminable batalla entre disfrutar del presente y ser “exitosos”, concepto que se les enseñó de niños. Viven montados en una montaña rusa emocional que calman con fotos de postres, yoga y matcha. Experimentando crisis existenciales como si cada año cumplieran 40.

Esto me hace pensar en cómo, a través de los años, hemos entendido el disfrute. No critiquemos las generaciones, resaltemos lo bueno de cada una.
Los baby boomers dirían: “Primero lo que toca, después lo que nos gusta.” Rescatemos de ellos que en la vida toca trabajar, no solo por dinero, también por los sueños. Si no pones el trabajo los sueños no se van a materializar.
La Generación X diría: “Me mato trabajando entre semana, pero disfrutó el sábado.” Rescatemos de ellos el cuestionamiento que empezaron a tener, porque lo que no se cuestiona, tampoco se transforma.
Los millennials dirían: “No vine a esta vida solo a trabajar.” Rescatemos de ellos que el why regala más alegrías que el what.
La Generación Z diría: “Quiero vivir como YO quiera.” Rescatemos de ellos que una vida auténtica es el único camino para sentirse libre.

Podemos decir entonces que el blend está en: trabajar responsable e incansablemente en nuestros sueños. Cuestionarnos constantemente para aprender. Amar el porqué, no el para qué. Vivir desde nuestra verdad, para así sentirnos en libertad.

En la libertad radica el propósito, el éxito y el disfrute.

El disfrute no es un lujo, es un acto de libertad cotidiana.

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