Tomándome un cafecito a las 3 p.m., porque no hubo sueño reparador la noche anterior, me siento a escribir. Estoy en mi tierrita, que también es la de La Prima, aunque ella disimula su origen con su acento bogotano. La prima Juanita tomó la decisión, hace algunos años, de renunciar a su trabajo corporativo e “importante”, para dedicarse a una vida alrededor del bienestar. Eligió incomodarse, cuestionarse. Nuestras almas se entienden: piden aventura, pasión, amor y fuego.
¿Será que le surgieron mis mismas preguntas: “¿Cómo lo voy a lograr si ahora es casi imposible crecer en Instagram? ¿Será que también sintió miedo de exponerse al mundo? ¿Será que, si le hubieran dicho que en el futuro lograría una foto con el gran Jay Shetty, se lo habría creído?
El autosabotaje es cuando, de manera consciente o inconsciente, te saboteas a ti mismo. Es una voz interna que, si tuviera Instagram, sus posts más likeados seguramente estarían compuestos de frases como: “No lo vas a lograr”, “Todavía no tienes todo perfecto”, “No es el momento”, “Lo hacemos después”. Es no lograr empezar o lanzar ese proyecto que sueñas, o no terminar algo a lo que te comprometiste. También es hacerlo, pero sintiendo que no te irá bien, que no lo mereces.
Me pregunto, ¿qué es lo que realmente esconde el autosabotaje? ¿Qué hay detrás cuando le quitas la máscara? ¿Será miedo al fracaso? ¿O incluso al éxito? Esta es apenas una primera capa.
Si mientras te tomas el café tus pensamientos dicen “uy, me está describiendo”... calma. No nos autosaboteamos por débiles; más bien, es una forma de protegernos. Quizás, en algún momento, fuimos niños que no se sintieron vistos del todo. Tal vez, el miedo al rechazo, al juicio o al fracaso se volvió más fuerte que el deseo de brillar. De pronto, no sabríamos qué hacer con el éxito. O seguramente preferimos no intentar, a arriesgar que duela.
¿Pero qué pasa cuando nuestros sueños pesan más que nuestras heridas de infancia? La prima y yo, también nos sentimos vulnerables, como una cebolla, que le quitan sus capas, pero nos ganó la voz que nos impulsa a ser nosotras mismas.
Me dice La Prima wellness que el primer paso es organizar tus ideas, porque en una mente confundida cualquier excusa es válida para no tomar acción. Hay que intentar entrar en esas segundas y terceras capas de la cebolla, donde la pregunta clave será: ¿De qué me estoy protegiendo? Pues, se vibra en amor o se vibra en miedo. De estas dos frecuencias se despliega toda nuestra energía. La prima Juanita está logrando el estrellato. Lo logró desde el día que renunció.
Y ustedes, ¿qué excusas ponen por encima de sus sueños?

