Hoy es uno de esos días donde no toca tomarse un café venti para poder trotar los 10K. El lugar en sí es el motor, es la cafeína. No estoy trotando donde siempre lo hago; estoy en una nueva ciudad, donde el verde oscuro de los árboles contrasta con el verde más claro del campo de golf, con el azul intenso del solsticio de verano. Me doy cuenta de que cuando salgo a trotar en un lugar diferente, me motiva el simple hecho de observar y disfrutar un nuevo panorama, ignorando por completo el ritmo del reloj.
Cómo no afirmar que hay magia en lo desconocido. En un libro nuevo. En el primer beso. En el restaurante que recién abrieron. En el primer embarazo. En el primer día de clases. En la ciudad que no conoces. En un nuevo deporte. Lo desconocido es el comienzo de las más poderosas transformaciones.
Entonces, ¿por qué, cuando estamos inconformes en un lugar conocido, nos cuesta tanto salirnos de él? ¿Por miedo? ¿A qué exactamente? Sí lo desconocido siempre trae magia, nuevas oportunidades y encuentros reales con el alma. ¿Será… miedo al sufrimiento? Pero… ¿si ya de por sí se está sufriendo? ¿No es mejor sufrir porque estoy cambiando que por elegir quedarme donde no quiero estar? ¿No trae más sufrimiento todos los días levantarnos a hacer algo que no queremos?
Creo más bien que nos cuesta mucho dar el paso, más que por miedo, por esperanza. Porque la fuerza más poderosa del universo es el amor, aunque se crea lo contrario. A ese viejo cliché de “la esperanza es lo último que se pierde”, le doy 10/10. Él está esperando que ella deje el alcohol. Ella está esperando que el jefe la trate mejor. Ellos tienen la esperanza de que todo se vuelva a sentir como cuando sus miradas reflejaban amor.
La esperanza es un poderoso motor cuando enfrentamos circunstancias difíciles. La magia radica en saber diferenciar cuándo la esperanza se convierte en resistencia. ¿Estoy ignorando lo que soy? ¿Estoy culpando situaciones externas cuando el cambio debería empezar por mí? ¿Mi resistencia se disfraza de esperanza?
Al final, siempre tendremos dos maneras de mirar lo desconocido: con miedo o con entusiasmo. O tal vez no, porque la vida no es blanco o negro; en el gris encontramos lo real. Como cuando hacemos la fila de una nueva atracción de Disney: nos invade una mezcla de miedo, adrenalina, euforia y placer.
¿Qué pasaría si hoy te atrevieras a hacer algo que siempre has querido, pero no lo has hecho por miedo? Solo una cosa te puedo asegurar: en lo desconocido encontrarás magia. Y como la trotada fue en Orlando …
“Entonces te preguntas qué rumbo seguir. La respuesta siempre estará en tu corazón” - EPIC UNIVERSAL STUDIOS.

