La Esperanza

La Esperanza

Hay frases de cajón que suenan cliché hasta que uno pasa por una situación donde toca agachar la cabeza y recurrir al cajón de la abuela. “La esperanza es lo último que se pierde” es una de esas. Se puede haber ido todo: el respeto en una relación, la energía en una enfermedad, la motivación en un trabajo, el impulso del café… pero la esperanza sigue ahí, latente. Me pregunto, ¿cómo diferenciar la esperanza de la terquedad? ¿Se debe perseguir el cambio o aceptar que ya todo cambió? 

Nietzsche dijo: “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.” Pero siento que ese pensamiento habla más de quien lo dice que de la vida.

En la mitología griega, cuando Pandora es enviada a la Tierra, trae en sus manos una caja. Obviamente, movida por la curiosidad que nos caracteriza a los seres humanos, la abre. Esa caja libera todos los males: la enfermedad, la vejez, el sufrimiento, la mentira, la guerra, la tristeza… Pero justo antes de cerrar la tapa, algo queda dentro: la esperanza. En la caja de Pandora la esperanza no sale volando; queda atrapada. La esperanza en el ser humano es lo que queda cuando todo lo demás se escapa, es lo último que se pierde.

Creo que los dioses griegos nos estaban tratando de enseñar que, en la vida, será inevitable enfrentar males; hace parte del mundo que habitamos, de la dualidad que afrontamos. Nadie escapará de la muerte, muchos enfrentarán enfermedades o les tocará vivir la de un ser querido. Las tristezas y tormentas hacen parte de la vida: somos luz y sombra. Pero, a pesar de que esos males estén volando por la Tierra, tenemos la herramienta más poderosa para afrontarlos. Una herramienta que no dice que todo estará bien, pero sí que todo lo que está pasando algún día cobrará sentido.

Aunque hayan pasado cientos de años desde los dioses griegos, hay cosas que nunca cambian. Todavía nos une la confianza en lo invisible, aunque ese invisible lo dibujemos distinto. Los griegos tenían la esperanza de no ser dominados por Roma, y nosotros tenemos la esperanza de que el mundo, de alguna forma, se organice.  Todos compartimos la esperanza de la posibilidad de cambio.

Esta quedó dentro de la caja porque no pertenece al mundo exterior, sino al interior del ser humano. Es el fuego que no se apaga, la que sostiene la vida mientras, por años, hemos tratado de aprender a sostenernos. Nos recuerda, como un disco rayado, que todo pasará, que volveremos a sonreír, aunque sea de otra manera… Aunque no tengamos energía o motivación hoy, por fortuna, para muchos, habrá un mañana. 

La caja de Pandora, al final, parece que venía con una frase de cajón.

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1 comentarios

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MARIANA REY
October, 15. 2025

Me encantó! Jamás perder la esperanza! You are inspiring✨🪬🩷

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