El Crear

El Crear

CREAR. El café a veces no me deja hacerlo, me activa el sistema nervioso, me nubla el pensamiento, me acelera el corazón. La cafeína me sirve cuando necesito tachar una lista que se ve interminable en mi cuaderno de notas. Para crear, mi café es descafeinado: prendo velas, busco un lugar verde, me desconecto del celular. Realizo pequeñas acciones que me hacen sentir cómoda, conectándome con mi interior. Crear es entrar a tu alma y presentarle al mundo pequeños fragmentos de esta, con la certeza de que la crítica, para bien o para mal, estará presente. Crear es para valientes. Crear nuestra vida, también.

Se necesita valentía en una sociedad donde se pretende que hay un deber ser, un libro de reglas, una línea de tiempo, roles que ni siquiera sabemos si queremos adoptar. Se necesita valentía para crear una familia bisexual. Para decidir no tener familia. Valentía para las que eligen “solo” ser mamás. Para los que empiezan de cero, cuando un 5 los acompaña. Valentía para divorciarte y valentía para los que deciden quedarse. Para los que viven lento, para los que pintan su vida en un mundo donde ya todo está dibujado. Se necesita valentía para creer en lo que se crea.

CREA. Es una de mis palabras favoritas desde hace varios años, por su doble significado: creer y crear. Cuando empecé el Cafecito me acompañaba la duda: ¿Tendré la aprobación del público? ¿Gustará? Me di cuenta de que estaba creando para agradar, buscando cierto tipo de aprobación, olvidando que uno no negocia su esencia, aunque esto signifique rechazo. 

He aprendido que la creación del artista debe ser auténtica, y para ser auténtica debe ser introspectiva: es un viaje interior. Aunque se inspire en grandes maestros, para poder sobresalir debe dejar de imitar a quienes admira, conectar con quien es, para así poder impactar. 

Mi cuñada tiene una hermosa frase que acompaña esta teoría, dice: “para enfocarme en mi orquesta, tengo que darle la espalda al público”. Queriendo decir que el enfoque debe estar en eso que uno crea: bien sea el arte, el trabajo, la familia, la vida. No en “el público”, que representa la sociedad, el qué dirán, los críticos de la obra.

Las obras más grandes son creadas cuando se encuentran autenticidades radicales. Las Frida Kahlo, los Freddie Mercury de la historia, son personas dispuestas a compartir trozos de su alma, no como el mundo lo pida, sino decidiendo exponerse tal y como son.

El Cafecito es mi maestro para crear, pero más que todo para creer. 

Todos, diariamente nos creamos, eso es un arte: el arte de ser tú.

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