El Estrés

El Estrés

Es miércoles y no necesitas el despertador para empezar el día. Estás dando vueltas en la cama desde las 4:30 a.m. Aunque te hayas leído El Club de las 5 am o te sepas su teoría: 20 minutos de ejercicio, 20 minutos de reflexión, 20 minutos de crecimiento, en la práctica se ve distinto. Te paras, te sirves tu café —doble—, respondes unos cuantos emails de urgencia, ves qué pasó en Instagram mientras dormías, revisas el calendario. No ignoras en absoluto el ruido externo, ni siquiera cuando tú lado del mundo sigue dormido. 

Estás en la mitad de la semana y tu termómetro de estrés marca alto. No lo notas, porque es como te sueles sentir de manera habitual. El estrés se disfraza de eficiencia, de urgencia y de compromiso. ¿Será tan común esta sensación que ya la normalizamos? ¿Es el estrés la epidemia del siglo XXI?

El problema no es estresarnos, ni elevar nuestro cortisol cuando sentimos una amenaza, esta es una respuesta natural del cuerpo. El problema es vivir el día completo como si estuviéramos enfrentándonos a un león. El problema es sentir estrés por no poder responder los mensajes al instante - ¿quién dijo que somos un call center?-; por no tener la bandeja de entrada en cero -el inbox es un invento del nuevo milenio-; por no entrar a Instagram cada 20 minutos -la vida no son fotos-; por ir a todo lo que inviten -a veces no se puede o no se quiere-; por tener que estar bien todo el tiempo -llorar hace más efecto que la melatonina-; por hacer una fila larga -la inmediatez nos la inventamos los millennials- … el estrés constante de tu rutina es el problema.

Lo más triste de vivir en constante estrés es, tal vez, la pérdida del disfrute. Digo triste, porque el disfrute para la vida es como los animales para el buceo. Puedes conocer los 7 mares, pero si te tapas los ojos al ver el tiburón ¿a qué fuiste? ¿para la foto en traje de buceo? Toca parar, abrir los ojos y apreciar para disfrutar la aventura completa. En la vida toca parar, abrir los ojos y entender que no estamos acá de manera eterna. Todo ser humano se merece disfrutar: disfrutar un deporte, un hobby, una conversación, el sexo; el café, el atardecer, el almuerzo.

Según Carlos Jaramillo, experto en medicina funcional: “El problema no es el estrés en sí, sino la incapacidad que tenemos de salir de él.” Pero, según él también, el estrés se puede “domesticar”, enfocándonos en aprender a manejarlo de manera saludable, utilizando técnicas de relajación, ejercicio, alimentación consciente y gestión del tiempo.

Hoy, quizás, no puedas escaparte a una playa ni tomarte el día libre, o tal vez puedas, pero aunque lo hagas tu mente siga en modo alerta. Donde estés, lo que sí puedes es bajarle una rayita al ritmo. Puedes respirar profundamente tres veces antes de abrir ese correo. Puedes tomar tu café sin revisar el celular. 

Puedes preguntarte…

¿Qué me baja el cortisol? … y esa respuesta será sólo tuya.

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